martes, 25 de junio de 2013

Exhibicionismo privado

Hace un rato, durante el intermitente escrutinio de mi timeline de facebook, me he encontrado con ésta imagen/tira cómica, publicada por El espíritu de los cínicos, una de los 5 millones de páginas que sigo (es un número ficticio, pero es muy probable que no se aleje demasiado de la realidad)


Tras la aparición pública y posterior fuga de Edward Snowden, han corrido ríos de tinta (física y digital) sobre el tema de la privacidad de los usuarios en internet, y he de reconocer que se trata de un tema delicado; evidentemente no estoy a favor del espionaje gubernamental y comprendo perfectamente las reservas que pueden tener muchos a la hora de introducirse en las profundas y tenebrosas aguas de las redes sociales, pero seamos francos, la principal razón del éxito de las redes sociales es el "exhibicionismo" de muchos y el "voyeurismo" de otros tantos; lo que aparece en la ilustración de arriba, y que podría entenderse como una caricatura, es en realidad un comportamiento de lo más común entre infinidad de usuarios de internet (incluida, en ocasiones, una servidora).

Cada vez que alguien se queja de la falta de privacidad en internet, otro suelta las frasecitas: "Si quieres que algo sea privado, no lo pongas en facebook", "aceptaste los términos legales al darte de alta, no sé a que viene quejarse a estas alturas". Lógica aplastante claro, pero lo cierto es que no se trata de algo tan sencillo, en mi opinión (humilde, ya que estoy lejos de ser una experta), el problema que se plantea es mas ético que legal; claro que todos aceptamos los términos y condiciones legales al darnos de alta en facebook, twitter, instagram, gmail...etc etc (pongo dos etcéteras, porque es un laaargo largo etcétera, al menos en mi caso), pero también es verdad que esos documentos se redactan con dos finalidades primordiales; cubrir las espaldas de la compañía y que los usuarios no las lean.

Pero una cosa es que yo, por ejemplo, quiera compartir con mis 324 "amigos" de facebook el hecho de que me he comprado unos pendientes monísimos en determinada tienda de Gran Vía (adjuntando, claro está, la pertinente foto de instagram, para que se vea que soy una artistaza), y otra muy distinta es que me apetezca que un señor en un cubículo gubernamental, tenga acceso a todas mis tonterías, que vale, son tonterías sin importancia, pero son MIS tonterías sin importancia, y de una forma u otra dicen mucho sobre mí.

No voy a entrar a juzgar los "motivos" que pueden tener los gobiernos para meter las narizotas en los que sus ciudadanos publican, comparten y envían mediante sus perfiles sociales o cuentas de correo. Sinceramente no voy a perder ni un minuto de sueño debido a la preocupación de que algún señor en una oficina de algún gobierno, encuentre algo comprometedor entre mis publicaciones de facebook o twitter, aunque... ¿igual debería?

Es fácil escudarse en la idea de que si no quieres que algo se sepa no deberías colocarlo en internet, básicamente es lo que siempre dice Eric Schmidt, CEO de google: "If you have something that you don´t want anyone to know, maybe you shouldn´t be doing it in the first place", lo que viene a ser: "Si hay algo que no quieres que nadie sepa, quizá no deberías hacerlo", lo que a priori podría parecer lógico, pero si lo piensas fríamente, el hecho de que no tengas nada que esconder no significa que quieras permitir el acceso de tu gobierno (u otros) a toda tu "vida digital". Si las "fuerzas del orden" realizaran registros físicos en casa de ciudadanos elegidos al azar ¿qué encontrarían? seguramente, y en la mayoría de los casos, nada preocupante; algunas leves infracciones sin demasiada importancia, y en alguna ocasión  algo de verdadera relevancia para la seguridad pública.

Sin embargo si esto se llevara a cabo, los ciudadanos y los medios de comunicación pondríamos el grito en el cielo por la flagrante invasión de nuestra privacidad y nuestros derechos, pero cuando se trata de lo digital... bah... no es para tanto.




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