lunes, 1 de octubre de 2012

No sin mi Smartphone!!

De un tiempo a esta parte, ciertos aparatitos se han vuelto indispensables en nuestro día a día, sobre todo para aquellos que nos dedicamos a cualquier cosa relacionada con la comunicación, y qué decir de aquellos que, como yo, además adoran los "gadgets" y todos los artilugios electrónicos en general.



Sí, efectivamente, me refiero a los Smatphones (por si no lo habíais adivinado por el título de ésta entrada), es curioso cómo nos pueden cambiar la vida ¿verdad?, si...si... ya oigo los gritos de todos aquellos detractores de las nuevas tecnologías: "¿para qué quieres tantas tonterías en un teléfono? si total con que puedas usarlo para llamar..." ¿mi respuesta para éstos?: NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER.

Ciertamente no es algo que sea estrictamente necesario, pero ¿a caso no dijimos lo mismo cuando aparecieron los primeros ordenadores portátiles? ¿o los teléfonos móviles? Algunos artículos son prescindibles, lo cual no significa que debamos prescindir de ellos, facilitan terriblemente muchas labores cotidianas y además, ¡son TAN divertidos! (muy importante, en mi opinión, este último punto punto).

Hace sólo unos pocos años que cuento con un Smartphone en mi vida, comencé mi andadura con una Blackberry (vale, puede que no sea el mejor ejemplo, pero me abrió los ojos a un mundo nuevo y maravilloso de mensajería instantánea gratuita y aplicaciones de todo tipo) y pronto pasé a mi actual teléfono, un Samsung Galaxy SII, me decanté por éste porque lo cierto es que siempre les he tenido cierta antipatía a los productos de la manzanita, con perdón del gran Steve Jobs (que el universo le tenga en su gloria) y pensé: "hmmm un aparato que inquieta tanto al gigante de Silicon Valley tiene que merecer la pena" ¡y vaya si tenía razón!, pese a ser una gran aficionada a las nuevas tecnologías no me considero una experta, pero he de reconocer que jamás en toda mi historia de "aparatitos" novedosos había puesto mis delicadas manos sobre algo tan maravilloso.

No entraré en detalles sobre el teléfono en particular, porque no quiero andarme por las ramas, pero es esa infinidad de apps disponibles (muchas de ellas gratuitas) las que me han cambiado la vida, hoy por hoy puedo preparar mis viajes en el bus de camino al trabajo (imaginemos que tengo trabajo ¿vale?), comprar billetes de avión, autobús o tren, reservar hoteles, coches de alquiler, buscar restaurantes cercanos a donde me encuentro, consultar el saldo disponible en mi cuenta bancaria, en qué estado se encuentra mi último pedido de libros (o cualquier otra chuchería que haya podido comprar) hablar con mis amigos al otro lado del charco, publicar en facebook una foto del tío raro que duerme a mi lado durante el trayecto, comprobar que (una vez más) no he ganado los euromillones...etc y es un largo etcétera, porque seamos realistas éstos son sólo unos pocos ejemplos.

Cierto, si mañana mi teléfono cayera en el fondo de un estanque mi vida no se acabaría, pero se volvería un poquito menos confortable y divertida... Porque no sólo se trata de las utilidades prácticas ¿verdad? también cuenta el entretenimiento, existen millones de apps totalmente inútiles que nos encantan y nos divierten, ¿quién no se ha reído en alguna ocasión grabando frases estúpidas y escuchándolas luego en la voz de "talking Tom cat"? o jugando a "Angry Birds" (Dios, adoro ese maldito juego)...

Por no hablar de las múltiples y aún prácticamente inexploradas oportunidades que éstos Smartphones ofrecen a las marcas como nueva herramienta de marketing y publicidad... Por poner sólo un ejemplo: IKEA nos da la posibilidad de descargarnos su catálogo (al completo) de forma totalmente gratuita, ojearlo, seleccionar un artículo de nuestro interés, marcarlo para enseñárselo a nuestra pareja/compañero de piso/madre entrometida en la decoración de nuestro hogar, comprobar si lo tienen en nuestra tienda más cercana o comprarlo on-line...

Decididamente no son imprescindibles, pero una vez tengas uno, no podrás imaginarte tu vida sin él.

Yo me confieso una gran defensora de los Smartphones y no me separo del mío salvo que sea estrictamente necesario... O hasta que pueda hacerme con uno nuevo...